El nombre deriva de la combinación de la alta gastronomía, la siesta y el sexo, explicó a Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo. «Por supuesto que se requiere de tiempo y ganas de disfrutar, no es un propuesta para hacerla a las apuradas, sino con el objetivo de prolongar el placer para pasarla bien. Y para esta modalidad el tiempo y la buena predisposición es fundamental», detalló el especialista.
Como cualquier variante en el plano del placer, requiere ciertos requisitos para llevarlos a cabo. Sugiere comenzar el encuentro primero planificando el plato culinario. «Comer relajados, saboreando la comida y, si es posible,una copa de vino; el sexo con juego previo prolongado; y luego una siesta que puede intercalar despertares con nuevos encuentros sexuales».
Los especialistas coinciden en que el descanso, además de ser un acto placentero, es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo, renovar energías, liberar el estrés. «En los hombres aumenta los niveles de testosterona, muy necesario para los encuentros. Por otra parte, dormir juntos es una manera de conectar con el otro propiciando otro encuentro sexual», detalló Kersz
Como toda siesta, que no sea larga (más de 45 minutos se entra en sueño profundo), «ya que provoca malestar, malhumor y la sensación de embotamiento o pesadez», resaltó Ghedin.
Una vez descansados es posible retomar otra sesión de placer donde el fin último no sea «la penetración».
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